EL TRANSGENERACIONAL, LA INFLUENCIA DE NUESTROS ANTEPASADOS EN NUESTRA VIDA

Las memorias emocionales se heredan al igual que heredamos el color de los ojos, etc. Toda emoción resultante de una experiencia se transmite de generación en generación. Estas experiencias que se graban en nuestra memoria como determinadas emociones, se graban en nuestro cuerpo y nuestro psique en forma de creencias.

Esto determinará como sentimos y, por lo tanto, produce una determinada energía, que atrae determinadas situaciones y personas con las que resuenas, y que complementan esa misma energía. Es de aquí por lo que se producen las repeticiones que vemos en nuestra historia familiar.

Y en ese cambio de percepción al introducir unas nuevas informaciones, al introducir una nueva forma de ver nuestra historia personal y familiar, donde se produce un cambio en nuestras emociones y en la energía que emanamos. Y esto nos lleva a un cambio en las situaciones y personas que atraemos a nuestra vida.

El periodo llamado Proyecto Sentido, es el periodo que va desde unos meses antes de la gestación hasta nuestros dos años y medio, aproximadamente. Estos dos años y medio aproximados en cuando el niño puede identificarse como un individuo “separado” de la madre. Hasta entonces, él bebe, niño se ha sentido como uno con sus padres, en especial con la madre.

En ese periodo todo lo que han sentido los padres y, en especial, ha sentido la madre, se siente como propio, como una experiencia con una determinada emoción que consideras propia y esta se incorpora dentro de tu sistema de creencias. En este periodo eres como una esponja y es cuando más se produce el fenómeno llamado incorporación emocional. Si por ejemplo tu madre se ha sentido excluida de su sistema familiar y/o social, tu adquieres este misma memoria, llevándote a sentirla como propia y manifestándola en tus años posteriores con situaciones donde vivas la memoria de exclusión. Por ejemplo viviendo situaciones donde te sientas aislada en tu familia y/o colegio y/o entorno laboral/social.

La primera infancia, desde la finalización del periodo del proyecto sentido hasta los 6 años de edad, aproximadamente. Es el periodo donde más plasmáticos somos, más moldeables, y es aquí donde se acaban de configurar nuestras creencias de estructura.

La estructura familiar que veamos en nuestro hogar, será la que grabemos y tendamos a repetir a lo largo de nuestra vida.

La incorporación emocional se produce cuando empatizamos en exceso con el dolor, sufrimiento de una persona cercana a nosotros, cuando queremos rebajarlo, y al tener esa intención lo hacemos nuestro. Sentimos ese dolor como propio.

La solución sería dejar de ver ese dolor como propio, dejar de verlo como sufrimiento, y verlo y sentirlo como una experiencia que le va a dar a esa persona una oportunidad, un aprendizaje que tiene que vivir para transformarse, para cambiar, ya que ese el sentido biológico del sufrimiento, el cambio.

-Corina Ramos-

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