POR CADA DESCENDIENTE CURADO, HAY UN ANCESTRO LIBERADO
Cuando un antepasado dejó algo inconcluso, como una ira sin asumir, deseo de venganza no cumplido, una culpa o un crimen sin asumir, se abre un campo de “compensación arcaica”: el inconsciente familiar designa a un descendiente para concluir lo que se quedó sin cerrar.
Ese descendiente, desde su concepción, está entonces atrapado en ese campo de compensación arcaica y no puede hacer otra cosa que repetir ese pasado, hasta que se dé cuenta.
Y cuando se da cuenta es cuando se separa del pasado y asume su presente, sus emociones y sus actos, sin echar la culpa a otros, saliendo del campo de la compensación arcaica y entrando en el campo de la autonomía.
Todo este proceso es totalmente inconsciente. Y la vida nos va a mandar situaciones en espejo de lo que vivió el antepasado para que nosotros vivamos estas situaciones desde el presente y el adulto.
En cuanto vivamos el conflicto asumiéndolo, desde el adulto, se resuelve en paralelo lo de los ancestros, y nos liberamos de la carga que nos tocaba.
Las constelaciones familiares son siempre acerca de ser o no ser. Para todos los que experimentaron y reconocieron eso alguna vez, el movimiento interior es inevitablemente siempre hacia adelante, o sea, en dirección a la vida.
Todos saben que planeamos muchas cosas, pero no logramos poner en practica. Los enredamientos son resueltos y una vida autoresponsable y feliz es puesta en enfoque.
A través de la liberación de los antiguos lazos inconscientes, el verdadero amor, la devoción, la atención, el respeto y los sueños se hacen realidad.
«El corazón de aquel que ha comprendido que lo presente está en resonancia con lo pasado, tanto en lo bueno como en lo malo, late en sintonía con el mundo».
-Bert Hellinger-