LOS PADRES QUE NO DISCIPLINEN A SUS HIJOS TENDRÁN QUE SOSTENERLOS TODA LA VIDA

Los padres tenemos la responsabilidad no solo de mantener a nuestros hijos, sino también de enseñarles las habilidades prácticas y psicológicas que necesitarán para ser adultos funcionales. Los padres que no disciplinen a sus hijos tendrán que sostenerlos toda la vida.

La disciplina, el castigo y la recompensa son parte de la caja de herramientas de los padres que se utilizará cuando y cómo la situación lo requiera. Generalmente, cuando las personas piensan en la disciplina en las familias, sus pensamientos se vuelven hacia el castigo, tiempos fuera, privación de actividades, etc. Pero la disciplina, según muestran consistentemente las investigaciones, es a menudo más efectiva cuando es positiva y se enfoca en enseñar y obtener recompensas en lugar de proporcionar un castigo.

Sobre este tema el reconocido psiquiatra y escritor, Içami Tiba, reflexionó en su libro “Padres y educadores de alto rendimiento” sobre cómo aquellos padres que no imponen reglas ni límites a sus hijos, terminan criando adultos inseguros y dependientes, que necesitarán apoyo por el resto de sus vidas.

Con más de 40 libros sobre educación escolar y familiar en su haber, Içami  Tiba tuvo una extensa experiencia y con el paso de los años, logró convertirse en un referente para educadores, psicólogos, terapeutas y familias de todo el mundo. Sus palabras, llenas de sabiduría, de seguro te dejarán pensando.

A continuación 30 conductas que te ayudarán a identificar si eres un padre que está criando hijos sin límites según Içami Tiba:

  • Resolver por el niño lo que puede hacer por sí mismo.
  • Pasar por alto respuestas groseras y falta de respeto hacia los demás.
  • No penalizar el Incumplimiento de las obligaciones.
  • Estar de acuerdo con todo lo que hace y dice el niño para no molestarlo.
  • Permitir que el niño imponga sus deseos inapropiados a todos.
  • Creer que el niño no miente y “ni siquiera sabe lo que hace”.
  • Permitir que el niño gaste el dinero de su comida en otras cosas.
  • Asumir la responsabilidad de lo que hace su hijo.
  • Tener que repetir la misma orden muchas veces.
  • Hacer silencio cuando se da cuenta de que el niño ha falsificado la firma de sus padres.

 

  • Conspirar con su delincuencia.
  • Dar “palizas pedagógicas”.
  • Tener que subcontratar la educación de los niños.
  • Permitir que los niños hagan en el hogar lo que no deberían hacer en el entorno social.
  • Ignorar que el niño tiró basura al piso.
  • Justificar los fracasos de los niños como errores de otros.
  • Aprovechar personalmente cualquier ventaja que tenga por el niño.
  • Minimizar el cumplimiento de las reglas y órdenes establecidas.
  • Tolerar mentiras, traiciones, pequeños robos, etc.
  • Inventar excusas para los propios errores del niño.

 

  • Cambiar las reglas existentes para favorecer a los niños.
  • Permitirles probar drogas.
  • Fingir que no notó la ingratitud y el abuso que cometieron sus hijos.
  • Instigar superioridad religiosa, económica, familiar, etc.
  • Divide el mundo en gente inteligente y tonta.
  • Ser cómplice en las transgresiones y faltas de los hijos.
  • Colocar a su hijo por encima de todo y de todos.
  • Ayudar al niño a “saltarse” las pruebas.
  • Hacer la tarea de su hijo.
  • Amenazar o agredir a los maestros o padres de los amigos de sus hijos por errores que son de ellos.

La disciplina es algo difícil incluso para un adulto, pero los niños lo pueden hacer mejor siempre y cuando pongamos atención y se refuercen las conductas positivas. Ahora que ya lo sabes, úsalo e inspira a otros para compartirlo.

Si deseamos que nuestros pequeños crezcan felices, sean hombres y mujeres de bien en un futuro y entiendan que no todo gira a su alrededor, debemos hacer uso de los límites y la disciplina.

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