LEALTADES INCONSCIENTES FAMILIARES
Se denomina Lealtades Invisibles a aquella lealtad consciente o inconsciente hacia un ancestro o familiar que nos impulsa a repetir una conducta de un modo ciego, sobre el que no tenemos el menor control. Da lo mismo si esa persona ha muerto hace mucho o poco tiempo, si sigue viva, si nos caía bien o mal, si tuvimos mucho o poco contacto con ella, si sabemos algo de su vida… la lealtad a esa persona nos impulsa a repetir conductas que esa persona llevaba a cabo, o lleva aún a cabo en su vida si sigue con vida, e incluso muy habitualmente nos hace repetir literalmente, su vida entera como si fuera una gran historia que se perpetúa.
Por ejemplo, una mujer fue infeliz en el amor y sus hijas repiten esa infelicidad con recurrentes fracasos en su vida de pareja. El mensaje de la lealtad es el siguiente: si mi madre no fue feliz, nosotras no tenemos derecho a serlo.
Un hombre muere prematuramente de manera brusca y alguien, quizá nosotros, sufrimos un accidente o fallecemos en el aniversario de su muerte décadas después (Síndrome de Aniversario).
El inconsciente lo sabe todo
Importa realmente poco lo que tu consciente piense al respecto, es tu inconsciente el que tiene el control de la situación. Todo el control, incluso aunque tu pienses y opines todo lo contrario. Según los últimos estudios científicos, nuestro inconsciente recuerda Todo, absolutamente todo sobre el árbol familiar hasta la séptima generación, conoce toda la historia de la familia, los secretos, las verdades, las mentiras, lo que ha sido ocultado por uno o varios miembros, lo que todos o casi todos ignoran, lo que se ha escondido u olvidado, lo que es evidente y lo que no lo es. Si hubo crímenes, abandonos, infidelidades, traiciones o graves atentados a la dignidad de las personas, tu inconsciente lo sabe todo.
Por eso, de nada sirve mentir ni ocultar la verdad termina reapareciendo. Mediante hipnósis o kinesiología es posible acceder a ese inconsciente para que revele esos misterios del árbol que permanecen ocultos y conocer tus lealtades familiares, a quién eres fiel, de quién repites la vida. Terapias como Resonnance Repatterning, Constelaciones Familiares o Biodescodificación permiten acceder a éstos secretos y misterios, así como disolver los nudos que atan y comprimen nuestra vida.
¿Alguna vez has pensado que nuestra tristeza, nuestra rabia o nuestras adicciones son realmente nuestras?
A menudo son las emociones de otro familiar, abriéndose paso a través de vosotros y el campo mórfico (que une a todos los seres y que científicos de la Universidad Max Planck, en Alemania, ya han demostrado como vehículo transmisor de mucho de lo que sucede en un sistema familiar). Estas conductas y emociones se reproducirán en nosotros u otros miembros del clan hasta que el problema sea resuelto.
Muchas enfermedades son el resultado de un dolor familiar que hay que sanar y llevar a la luz. Una adicción al sexo puede ser la sobrecompensación de la represión sexual de alguno de tus padres o abuelos; una enfermedad crónica es, a menudo, el síntoma de un dolor emocional no expresado ni resuelto en alguna parte del árbol. La falta de afecto nos anestesia para sentir, nos dificulta el acceso al amor y también perpetúa una vida con poco amor, tanto expresado como recibido.
Cargar con éstos lastres y lealtades no son un castigo, sino un honor, un privilegio para nuestro crecimiento personal y aprendizaje, pues solo lleva una carga aquel que puede resolverla y sanarse y sanar a su árbol familiar mediante un proceso de indagación y catarsis. Al inconsciente hay que sacudirlo, convencerle de que ya no es necesario seguir con esa lealtad. Esa es la razón por la que a veces no basta con conocer un problema con la cabeza, hace falta interiorizarlo con el corazón y el cuerpo.
Lealtad ciega
Podemos ser inconscientemente leales a la infelicidad de alguno de nuestros padres y, de manera recurrente, repetimos conductas y patrones de vida que nos hacen infelices. Repito, no necesitamos llevarnos necesariamente bien con ése familiar para serle leal. A menudo, tu consciente cree estar buscando su felicidad, mientras tu inconsciente repite fracasadas historias de pareja o conductas que te conducen a una infelicidad constante y reiterada a corto o largo plazo en el trabajo y en la vida. Y el problema es que la lealtad invisible es poderosa, incluso siendo lejanamente consciente de ella, se reproduce cada vez con mejores estrategias de ocultación, a fin de que no puedas librarte de ella.
Por ejemplo, si repites conductas de pareja fracasadas, cada vez te autoengañarás mejor, enamorándote de parejas con las que con el tiempo todo irá mal, para ser leal a la infelicidad de pareja que vivió una abuela o viven tu padre o tu madre. En las primeras ocasiones verás con facilidad que esas parejas no eran adecuadas desde casi el principio, pero cada vez te autoengañarás mejor a la hora de elegir, convenciéndote de que ésta vez si que has encontrado al hombre o la mujer de tu vida. Y dentro de unos años acabarás pagando semejante presunción con otra separación más o menos dolorosa.
De hecho, inconscientemente rechazarás a aquellas parejas con las que todo iría bien si estuvieras con ellas, personas que pueden amarte y respetarte de verdad, personas que se pueden vincular contigo sin problemas pero, fiel a la lealtad familiar, a esas no las eliges, no son adecuadas para repetir el patrón de infelicidad recurrente al que estás anclado. Apartándolas de tu lado cuando llegan a tu vida, sencillamente sigues siendo leal a tu infeliz ancestro, que jamás logró una estabilidad de pareja.
Si él no consiguió ser feliz ¿qué derecho tienes tu a serlo? Eso opina tu inconsciente, con independencia de lo que tu quieras o creas desde tu consciente.
¿Cuál es la solución a éstos embrollos y nudos familiares que padecemos?
El camino de la luz pasa por investigar en tu árbol familiar, descubrir de quién eres el Doble, detectar las Lealtades Invisibles que te atan y a quién o quienes lo hacen y de qué modo lo hacen, cómo se manifiestan en tu vida. Hemos venido a aprender, a entender, a conocer y a investigar, a resolver los misterios del árbol. Porque todo aquello que tu no resuelvas pasará a tus descendientes directos o indirectos. Todo lo que tu dejes sin resolver o pendiente, de lo que no te hagas responsable, caerá sobre las espaldas de otros y tendrá consecuencias para ti y para otros.
Una vida de inconsciencia, como lleva la mayoría de la gente, no resolverá gran cosa los grandes atascos de tu árbol familiar, perpetuará los problemas.
Hay que recordar que a esta vida no hemos venido a seguir durmiendo, hemos venido a traer la Luz y eso incluye buscar la luz y la verdad de tu árbol. Resolver los dolores y misterios que se ocultan en él. Hacer como si éstos no existieran. Apartar la vista, no mirar a donde duele, no sirve de nada. Pagaremos muy cara ésta actitud a corto o a largo plazo y nuestros descendientes también lo harán.
-Eugenio Sánchez Arrate-
Artículo original en Ver de Verdad.