EL SÍNDROME DEL NIÑO EMPERADOR

El Síndrome del niño emperador recibe el nombre de Trastorno de oposición desafiante (TOD) y para conseguir sus propósitos, gritan, amenazan y agreden física y psicológicamente a sus padres.

Los cambios en el entorno sociocultural y laboral de las últimas décadas han ido preparando el terreno para el surgimiento de algunas conductas disfuncionales en los niños.

Uno de los conjuntos de actitudes y conductas que más preocupan a los padres es la del hijo que se vuelve el amo indiscutible de la familia, sometiendo a los demás integrantes a sus exigencias y caprichos.

Según los expertos, los niños primero tratan de imponerse y desafiar a sus padres y más adelante lo harán con cualquier persona de su entorno. Este síndrome se caracteriza por el sentimiento de autoridad que tiene un niño sobre los demás.

Causas del Síndrome del Niño Emperador

A pesar de que algunas investigaciones han tratado de dilucidar las causas genéticas de este síndrome, lo cierto es que existe un gran consenso entre la comunidad científica acerca de que el Síndrome del Emperador tiene causas de origen psicosocial. De este modo, se señala la decisiva influencia del cambio en el modelo laboral y social, factor que repercute en la cantidad y calidad del tiempo que los padres pueden dedicar a sus hijos.

  • Dar privilegios desmesurados a un niño sin ningún tipo de condición es la primera de ellas.
  • El escaso tiempo de los padres para educar y establecer normas y límites.
  • Tener poco tiempo para ellos hace que muchos padres se sientan culpables y tienda a consentir a sus hijos.
  • Consentir agresiones verbales o físicas del niño cuando algo no se le consiente es otra de ella.
  • Falta de hábitos familiares afectivos, como el juego o las actividades en familia. Esto hace más proclives a los hijos a desarrollar conductas autoritarias.

Síntomas del Síndrome del emperador

Los niños emperadores son fácilmente distinguibles: suelen mostrar rasgos de personalidad propios del egocentrismo y tienen una escasa tolerancia a la frustración: no conciben que sus exigencias no sean cumplidas. Estos rasgos no pasan desapercibidos en el entorno familiar, y mucho menos en el escolar, donde sus exigencias pueden ser menos satisfechas.

  • Suelen ser insensibles emocionalmente
  • Carecen de empatía.
  • Tienen dificultad para mostrar culpa y arrepentimiento sincero.
  • Tienen baja tolerancia a la la frustración o el aburrimiento.
  • Incapacidad para aprender de los errores y de los castigos.
  • Son egoístas e individualistas.
  • Exigen la atención de todos los que le rodean.
  • Discute las normas de sus padres y de las personas que tienen cierta autoridad (como los profesores).

¿Cómo ayudar a los niños con Síndrome del emperador?

En definitivas, educar no es fácil, los padres deben ejercen su autoridad con cariño y constancia. El problema llega si no hay reacción por parte de los progenitores, que, en su afán de buscar una explicación, excusan todo lo que su hijo hace; “el niño tiene mucho carácter”, “lo que hace es normal a su edad” y no se atreven a imponer la más mínima disciplina.

El problema se va agrandando hasta que la familia tiene la sensación de que se le ha ido de las manos. ¿Qué hacer entonces? No se trata de volver a las prácticas de antaño, sino de actuar con sentido común, sin exasperarse y sin violencia. Si usted tiene un niño con estas características lo mejor es consultar con un especialista.

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