CÓMO LOGRAR QUE TU HIJA TENGA ALTA AUTOESTIMA
No le digas a tu hija que la quieres, demuéstraselo, es preciso que lo hagas de esta manera porque sí, las palabras se las lleva el viento.
Sé que nadie nos enseña a cómo ser madres, pero por favor que a tu pequeña guerrera no le falten motivos para valorarse. Recuerda que el amor es la clave en la formación de las nuevas mujeres, así que es tu responsabilidad asegurarte que el corazón de tu hija nunca sea lastimado, que nunca la denigren, que jamás se olvide de quererse o peor aún, que no sepa lo que merece.
Estas son las 9 formas más maravillosas para enseñarle a tu hija sobre Dignidad, la palabra que a las anteriores generaciones no nos enseñaron y hoy nos mantiene presas de cientos de problemas.
1. Sánate como mujer
¿Qué no eran regalos para tu hija? El mejor y más grande regalo que le puedes dar a una hija es tener una madre que no tiene problemas consigo misma o con su propia madre. Las mujeres tenemos una relación especial que une los eslabones de la cadena generacional, nosotras somos las que unimos o separamos familias, las que atamos o desatamos y si entre nosotras hay divisiones, nunca permitiremos que la abundancia llegue a nuestras familias y hogares.
2. Regálale el don de la femineidad
Hoy en dale fortaleza física. Ser femenina y delicada no es necesariamente algo que esté peleado con la fortaleza física y la salud. Tu hija debe aprender lo maravilloso que será para ella hacer ejercicio o practicar un deporte, comer sanamente y saber defenderse. Una mujer que se sabe fuerte en lo físico tendrá más posibilidades de ser fuerte en su mente y en su espíritu. La disciplina del deporte, fortalece no solo su cuerpo, la hace una mujer fuerte y entrenada en el esfuerzo de lograr lo que busca y dominar su cuerpo.
3. Ayúdale a conocer a Dios
Durante su vida, tu hija enfrentará muchas situaciones adversas y desafortunadamente en mucho, no estarás a su lado, pero la seguridad de creer en Dios le ayudará a salir adelante y jamás estar sola. Dale el don de la esperanza, la fe y la seguridad de ser una hija de Dios.
4. Educar con Libertad
Ya muchos padres están educando en libertad, cosa que me encanta, pero a veces se nos pasa la mano y eliminamos algunas cosas que son necesaria para el desarrollo armónico y pleno de nuestra identidad femenina ¿de qué estoy hablando? Te pongo un ejemplo: está perfecto que una niña tenga la oportunidad y no ser juzgada si gusta jugar con carritos y herramientas, pero es otra cosa muy diferente el que no se le fomente o anime a usar vestidos, aretes y las cosas que le hacen ser una niña y más tarde una jovencita y una mujer feliz y satisfecha con su género.
5. Sé el mejor ejemplo de una mujer feliz
Si tú como madre reniegas de tu cuerpo frente al báscula, de tu periodo cada mes, del embarazo las labores domésticas y de todas aquellas “desventajas” por ser mujer, bueno, pues que no te extrae tener una hija que odie ser mujer, que reniegue de su condición y que viva constantemente sufriendo y no disfrutando su condición.
6. Ama a su padre
Si estás casada, soltera, viuda o inclusive si su padre desapareció, darle una imagen sana del primer hombre que debió amarla, es muy importante. Ella debe de ver en ti el amor al padre, el cómo es la relación de una mujer con un hombre, porque en su vida adulta lo emulará y sobre todo, si tiene papá, permite y ayuda a que ella y su padre se amen y tengan una relación especial padre e hija.
7. Ayúdale a entender, respetar y amar a los varones desde la igualdad
Nadie mejor que tú para enseñarle la sana relación que debe haber entre hombres y mujeres. No siembres prejuicios, temores u odios hacia los hombres por muy mal que a ti te haya ido con ellos, dale la oportunidad de que ella forme relaciones sanas y felices con los futuros hombres que encontrará en su vida.
8. Dale la confianza de saber que el día que se equivoque te tendrá a su lado
El gran problema de las mujeres es lo poco que nosotras mismas nos valoramos y lo poco que somos solidarias con otras mujeres. Trabaja en su autoestima, su seguridad, en su inteligencia y sí, también en su cuidado físico y presentación personal.
9. Dedícale tiempo
Las tardes de chicas, las pijamadas y las largas conversaciones son tan importantes cuando tienen 5 años que cuando tienen 30 y ya son madres. El tiempo que tú no le des, ella lo encontrará tal vez con quien la separe de ti y tus enseñanzas.
Si sabe lo que merece nunca nadie le robará sus sueños.
-Gisselle Acevedo-