CARTA DE LIBERACIÓN DE MI NIÑO INTERIOR HERIDO

Yo…(escribe tus nombres y apellidos), nacido el (escribe tu fecha de nacimiento) en este acto de mi puño y letra, redacto hoy esta carta como regalo a la familia a la cual pertenezco. Con la ayuda, el amor y la presencia de la Divinidad que habita en mí y en cada uno de ellos, yo bendigo a mi familia y los perdono así como también les pido perdón a cada uno de ellos si con actos u omisiones les he ofendido o dañado.

Me libero en este acto de la necesidad infantil de reclamar atención y cuidados que genuinamente merece y necesita un niño, pero que ya como adulto no son en absoluto necesarios. Ya puedo ocuparme solo de mis necesidades y deseos, ya puedo liberar a mis padres del rol de satisfacer estas necesidades y deseos infantiles.

Entiendo y reconozco que si no lo han hecho en mi niñez fue porque no han sabido o no han podido hacerlo diferente.

Les pido perdón por reclamar lo que no podían dar, por reprochar tan duramente interne o externamente sus errores. Hoy como adulto he visto que yo también cometo errores y muchos de ellos lastiman enormemente a mis Seres amados aún cuando no es mi intención y hasta intento firmemente no cometerlos.

Hoy en mi adultez puedo ver a mis padres como los seres humanos que son, no como los Seres idealizados que eran cuando yo era niño. Hoy puedo entender que he estado enojado y dolido porque mis “super héroes” no habían estado a la altura, pero sobre todo hoy puedo entender que no estaban en condiciones de llenar esa expectativa ya que mis padres son Seres humanos y no “super héroes”. Les pido perdón por haberles exigido tanto.

También entiendo que sólo podré ser un mejor padre cuando deje atrás mis reclamos como hijo. Sólo podré atender las necesidades de mis hijos cuando deje de reclamar que mis padres se ocupen de las mías como si fuera un niño aún. Sólo podré ocupar el rol de padre cuando tenga la valentía de “crecer” y dejar de ocupar un lugar infantil.

Hoy me libero y libero a toda mi familia de la carga de todo aquello que haya afectado a los miembros de mi familia y a otras familias, para que estas memorias, ya no se sigan heredando a través mío, para que ya no se sigan perpetuando en mi persona ni en generaciones venideras la necesidad de seguir reclamando a nuestros padres en la edad adulta, lo que no pudieron hacer en nuestra niñez. Libero estas memorias para que mis hijos no necesiten ya reclamarme cuando sean adultos y así puedan ocupar ellos también el rol de padres con sus propios hijos.

Hoy declaro que estoy libre de toda influencia consciente e inconsciente que estaba dejando ejercer sobre mí. Me declaro libre de la necesidad de seguir esta influencia y de tomar decisiones y ejecutar acciones movido por la necesidad de buscar aprobación de parte de mis padres complaciéndolos.

También me declaro libre de la necesidad de ejecutar acciones que vayan en contra de sus deseos, por la sola razón de declarar mi rebeldía y mi enojo hacia ellos. Hoy retomo la plena capacidad de Ser, sentir, pensar y accionar que esté en plena concordancia conmigo mismo y totalmente libre de cualquier influencia consciente o inconsciente de parte de alguien más.

Liberando las memorias de dolor que me han ocasionado mis padre, logro liberarme y sanar las relaciones con todos aquellos que funcionaron como espejo para que yo pudiera seguir reclamando mis necesidades no resueltas con mis padres.

Hoy sé que aunque me libere de todo lo anterior, mis padres seguirán amándome del mismo modo que antes y yo los seguiré amando desde lo más profundo de mi corazón aún cuando busque un destino mejor para mí. También puedes ver SANANDO A MI NIÑO INTERIOR.

Lo que sigue aquí se puede llenar con secretos o vivencias específicas de nuestra vida y que sepamos de nuestra familia que estemos repitiendo y queramos liberar, destrabar o conocer.

Ejemplo: Hoy me libero y libero a mi padre (Nombre), de mis reclamos por no haberse enterado ni hecho nada cuando yo era abusado por un familiar. Me libero y libero a mi madre (Nombre) de su carácter violento y su dureza al momento de marcar mis errores y castigarme. Hoy me libero de la necesidad de seguir reclamando lo que no fue.

Hoy comienzo a hacerme cargo yo mismo del niño herido que llevo en mi interior. Hoy como adulto he entendido que ya estoy en condiciones de hacerme cargo de mí mismo y eso me da la libertad para poder hacerlo cuándo y cómo lo necesite para poder finalmente sanar sin que eso dependa ya más que de mi mismo. Hoy tengo finalmente la posibilidad de sanarme en mis manos y agradezco al Universo por haberme traído hasta aquí y a mis padres por permitirme finalmente crecer.

Todo lo que haré será para mi bien y el de todos los involucrados. Hoy agradezco a la Divinidad que habita en mí y en todos los Seres y al Universo. Hoy sé que soy libre y quedo libre para vivir mi propio destino. Hecho está.

¡Gracias, Gracias, Gracias!

Puedes escribir esto de puño y letra durante una semana y al completar el ciclo, quema todas las cartas, entierra las cenizas y siembra una planta allí para transformar en vida nueva todo aquello que dejamos atrás. De igual modo, para aquellos que no son recurrente de los rituales pueden simplemente repetirlo en conciencia durante una semana.
Fuente: Compartiendo Luz con Sol

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